Abrir los ojos

Muere sin saber qué destino tendrás 
ni qué parte de este demacrado mundo formarás,
en ese oscuro y helado cielo sin tu existencia ya,
porque en este mundo solo el mal perdurará negando la vida
y esperando que la muerte reine por cada rincón olvidado.
¿Qué podré hacer? ¿Ángel, qué haré? Yo solo quiero paz, ¿qué haré? 
El bien se opaca, el mal brilla y solamente hemos de mirar 
sin poder hacer nada. 
¿Es que no se dan cuenta?
Solo el día que la gente no ronde más la tierra
y la tierra que antes nos daba vida, nos la quite,
abrirán sus mentes y se darán cuenta.
Sé que es difícil pensar, pero todo se puede,
solo confíen en sí mismos y no se olviden de ser ustedes.
Ahora que algo escuchó mi lamento,
¿qué podré hacer?
Este ente no me deja existir,
absorbiéndome la vida de a poco
y como una sombra desaparece al amanecer.
¡Déjame ser! ¿Qué quieres de mí?
Realmente, ¿qué quieres de mí?
Solo te pido que me respetes, nada más...
Oh, alma en pena,
tu existencia ya me lastima.
¿Por qué estas aquí?
Te entregué todo lo que pude,
te ayudé a que encuentres tu camino
y sigues acechándome, llenas mi mente de visiones terroríficas,
me enseñas lo que va a pasar,
veo muertos a los vivos 
y gente que todavía no existe rondando estas tierras.
No quiero saberlo todo, no soy Oráculo.
Tú crees que esto es un don,
pero es una espada de damocles que me pesa en la espalda.
¡Déjame en paz!
Ayúdame, tiempo, a poder morir en paz...
Déjame morir...