Wiki Creepypasta
Advertisement

Despiertas en una banca en las afueras de un edificio desconocido para ti. Estás confundido al no saber a dónde ir, así que tu única opción es entrar a aquel lugar.

Entrando lentamente hacia el misterioso lugar, un sitio tan solitario y oscuro a las 5 de la mañana, el frío te carcome hasta los huesos. Tu cuerpo no reacciona, solo sientes como si alguien te observara, sigues caminando y entras a un cuarto completamente blanco.

En él ves una camilla y al parecer hay algo ahí con cables conectados; una infinidad de cables y líquidos saliendo de él, te acercas lentamente hacia la camilla con un miedo indescriptible. Caminas hasta que llegas con ese cuerpo de un peculiar tono... Te das cuenta que lo que está ahí eres tú.

Sales corriendo del sitio, caes al piso. Viene un hombre con bata blanca acercándose con una inyección, quieres apartarte pero algo te lo impide. Luchas y gritas por tu vida pero nadie escucha tus lamentos, solo el hombre que está parado frente a ti, y quien se acerca con la jeringa en dirección a tu ojo. Sigues pataleando pero es inútil, sientes como la fría aguja perfora tu ojo, un dolor inimaginable, te desmayas...

Una luz enceguecedora te despierta. Ves por todo el alrededor. Estás en la camilla con una ropa blanca, caminas por el pasillo, es oscuro, solo una pequeña luz está presente en el fondo, no sabes si ir pero te descubres caminando involuntariamente hacia aquel lugar. El piso es frío, tus pies están descalzos. Llegas a esa luz y hay una puerta, la abres lentamente solo para hallar los restos de un cuerpo que fue cortado por la mitad con los órganos desde fuera sangre, manchando el cuarto blanco. Miras el rostro del tipo solo para darte cuenta que es tu padre.

Te impactas, sales del cuarto en shock por aquella escena anterior, regresas al pasillo. Varias puertas con luz. Miras por las pequeñas ventanas de las compuertas: cadáveres. Hay una en particular: una embarazada. Está amarrada con sogas y una cortadura en la yugular con el feto entre las piernas. Te acercas a la última puerta, pides al cielo que sea la salida.

Un impulso hace que entres de manera frenética, alguien te sujeta de atrás y no sabes qué es. Pataleas y tratas de huir pero te es inútil, de un momento a otro te amarran a la camilla. Los doctores se acercan, comienzan a colocar los tubos en diferentes partes, los líquidos salen. Estás asustado, sabes que morirás, no tienes escapatoria.

Tus fuerzas disminuyen, comienzas a convulsionar.

Un doctor abre la puerta, sostiene un bisturí. Tú sabes qué es lo que hará, que ha llegado tu fin. El doctor apuñala tu abdomen. Ya no sientes dolor, solo ves cómo la sangre de un color peculiarmente rojo oscuro empieza a esparcirse por el lugar como al primero que viste. Tu corazón se detiene y mueres lentamente, dejando solo tu cuerpo en la camilla.

"¿Te despertaste?"

Tranquilo solo fue un sueño, te dices a ti mismo, tal vez. Un poco afectado por la somnolencia, miras hacia todos lados, y te das cuenta de que no es tu cama, significa... No estás en casa, alguien te habla y lentamente giras: ves a un doctor, quien te pregunta por qué estás alterado y tú le contestas que solo fue una pesadilla. Pero él relata el sueño que has tenido.

Hospital

Te alejas mientras el doctor te dice:

"¿Cómo sé todo esto? Pues muy simple, porque soy el responsable de todo lo que viste. Te encontré. ¡Al fin lo logré!”

El pinchazo en tu cuello te paraliza y te impide gritar. Tu mirada se nubla y caes pesadamente sobre la almohada. Escuchas su voz alejándose mientras dice:

“No te dejaré escapar esta vez, no podrás huir de este lugar ni de mí. No me mires así, no hay forma de salir, solo duerme y cuando despiertes te atenderé.”

Advertisement