Richard era un hombre joven quien apenas tenía 26 años de edad. Todos los días se sentaba a practicar canciones con su guitarra la cual era como su mejor amiga. Siempre que iba a alguna reunión o a alguna plaza, la llevaba consigo. Tenía como un trato especial con ella, sabía cómo tocar cada nota, casi a la perfección, y lo más raro era que nadie le había enseñado... Sólo viendo vídeos era como había aprendido.
Un día estaba recostado sobre su cama como de costumbre, los sábados cuando no tenía nada que hacer, ya que no trabajaba. Se encontraba sólo mirando la tele y mientras cambiaba de canal, pudo ver cómo la luz dio un parpadeo como si fuera a cortarse. No obstante, no se cortó por lo que siguió viendo el televisor. Repentinamente, la pantalla mostró una especie de lluvia hasta llegar al punto que parecía que le habían cortado el cable.
Esperó unos minutos, pero nada pasaba. Todo seguía igual. Fue entonces que bajó a buscar algo en la heladera para después dirigirse donde estaba la guitarra. Al ver el instrumento, notó que algo le faltaba. Se percató que, en efecto, le faltaba una cuerda. En un momento pensó que quizás alguien había entrado en su casa y fue cuando, de un momento a otro, las luces volvieron a parpadear. El televisor volvió a mostrar los canales normalmente, así como también la reaparición de la cuerda faltante en su instrumento. Parecía que todo seguía absolutamente normal, pensando que ese extraño episodio sólo se trataba de su imaginación.
Sin embargo, siguieron pasando los días y durante los 5 días que le siguieron a ése, fueron desapareciendo las cuerdas, al segundo día, faltaban dos, al tercero tres, al cuarto, cuatro, etc. Pero luego volvían a su lugar y habían pasado ya los 6 días. El día anterior, habían faltado todas las cuerdas y ya no había duda alguna. Richard sabía que algo extraño estaba pasando.
Ese mismo día, la luz volvió a parpadear como de costumbre, la tele volvió a nublarse, y esta vez iba a verificar los fusibles en el sótano. Pero al intentar abrir la puerta no pudo ya que notó que estaba sellada. Inmediatamente, se había cortado la luz. El televisor estaba completamente oscuro, todo estaba oscuro, mientras caminaba hacia atrás sintió el aliento frío de alguien detrás de él, sintió como unas manos casi congeladas le recorrían el cuello, un escalofríos le subía por el cuerpo. Una enorme presión se asentó en el cuello donde, al tocarse, pudo darse cuenta de que eran las 6 cuerdas de su guitarra que le cortaban el cuello lentamente...