Wiki Creepypasta
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En cada ciudad, en cada país de la Tierra, hay un edifico desolado en las afueras de la ciudad que esconde un oscuro secreto. Parece estar abandonado, y si preguntas a quien sea, te dirá que lleva así más tiempo del que pueden recordar. A veces, lo puedes encontrar allí, decadente en la orilla de la prosperidad, pero otras veces, extrañamente ausente. De hecho, necesitarás regresar al lugar varias veces en varios días, quizás por más de una semana antes que finalmente seas capaz de encontrar la dilapidada estructura.

Cuando descubras el edificio, lo reconocerás al instante. No es como otras casas u oficinas abandonadas alrededor de la ciudad; es mucho más imponente, y parece que simplemente ha surgido de la tierra, en lugar de ser construido.

Ve a la puerta y golpea. No camines por sus alrededores, pues hacerlo es conocer un destino implacable. Si alguien responde del otro lado diciéndote que entres, no lo hagas. Corre y nunca regreses. Si tienes la desgracia de ver este edificio otra vez, una horrible oscuridad vendrá a tus ojos, y por el resto de tu vida estarás ciego.

Si nadie responde luego de golpear tres veces, abre la puerta y camina dentro. Al principio, todo estará oscuro, pero a medida que tu visión se acostumbre al entorno, verás que estás en el vestíbulo de un limpio hospital moderno, completamente desemejante a como lo juzgarías por su desmoronada fachada. Verás a gente sentada en sillas a tu alrededor, y todos te estarán mirando. No devuelvas la mirada. Podrían desmembrarte si lo haces.

Ve a la recepción. No mires a la cara a nadie. Sólo pregunta por hablar con El Holder de la Injusticia. La recepcionista lo dudará un momento, pero no levantes la mirada. Si lo haces, ella sacudirá la cabeza, y quedarás atrapado aquí por toda la eternidad, con maldades y demonios que ni siquiera las profundidades del Infierno podrían desentrañar. Si todo sale bien, ella te pedirá que la sigas. hazlo, siempre mirando a otra parte, hasta que llegues a un ascensor. Te indicará que bajes al subsótano, pero no te subas, es una trampa. En lugar de eso, responde cortésmente:

“No gracias. Tomaré las escaleras”.

La puerta a las escaleras está al lado del ascensor. Baja por lo que parece un pozo minero hasta que llegues al fondo. No te preguntes cuánto has bajado; no querrás saberlo. No des la vuelta, tampoco. Las escaleras están llenas de esqueletos de aquellos que lo hicieron.

Cuando llegues al fondo, sólo habrá un pasillo que lleva a una solitaria y oxidada puerta de metal. Ve allí, oculta tus miedos y golpea. Espera a que alguien diga que pases, y será seguro entrar.

La sala tras la puerta es como una sala normal de hospital, con sólo una excepción. No hay equipos médicos y sillas para los huéspedes, sólo una camilla con una niña de pelo rubio sentada en ella. Cuando camines dentro, ella te mirará y sonreirá. Ella es el Holder de la Injusticia.

Podrás preguntarle lo que quieras, y ella te responderá tanto como desees. Ella es muy comunicativa, pero nada de lo que dice parece llevarte a alguna parte o tiene mucho sentido. Continuará hablándote por siempre, hasta que mueras de deshidratación, sin dejarte ir a menos que le interrumpas con esto: Ninguno de ustedes se merece esto.

Cuando menciones esa frase, ella dejará de hablar y su rostro se volverá de un gris ceniza. Su sonrisa desaparecerá inmediatamente, y lágrimas caerás de sus ojos. No digas nada más, o sabrás lo que es rogar por tu muerte. Finalmente, luego de un rato de silencio, ella te dirá cómo es que ella llegó a ser un Holder y lo terrible que se tornó su vida a partir de ese día. Te advertirá que lo que buscas no es un tesoro, sino más bien miseria y dolor. Entonces, te mostrará todo el odio y la crueldad de este mundo; todos los que han muerto por nada, y cada acto de destrucción en nombre de la codicia. Son atrocidades por las cuales los dictadores son recordados a través de la historia, y lo verás todo esparcido como si de un libro abierto se tratara. Tu filantropía (si es que aún la conservas) tropezará y caerá, y tu alma se volverá un foso negro, incapaz de sentir alegría otra vez.

Finalmente, cuando ella termine, pregúntale por una foto de su hermana gemela. El Holder suspirará, buscará entre los cojines de su cama de hospital, y sacará una vieja Polaroid. No preguntes nada de su gemela. Los segundos pasarán como siglos, y entonces tú y el Holder aparecerán en la calle, en las afueras, y el edificio habrá desaparecido para siempre. El Holder no sabrá lo que ha acontecido en su vida todo este tiempo, y simplemente se marchará, buscando a alguien que la ayude a regresar a su casa.

Ahora, ella ya no es más un Holder, pues pasaste a serlo tú. En cuanto a la fotografía, podrás ver a través de ella lo que sea a cualquier distancia de la Tierra, y nada obstruirá tu vista.

La fotografía es el Objeto 352 de 538. Si alguna vez Ellos se unen, entonces horrores mucho peores que los que acabaste de presenciar barrerán el cosmos.

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