Wiki Creepypasta
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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social adonde puedas llegar. Una vez estés frente al escritorio principal, no digas nada. Este Holder conoce tus intenciones. Pronto, sentirás una hoja en tu garganta. Nadie en el lugar, sin importar quienes sean, reaccionará al ver esto.

Mientras no gires la cabeza, estarás a salvo de la hoja de tu captor. Sin embargo, si lo haces, cortará tu garganta, dejando que te desangres y te ahogues en tu propia sangre hasta el día de Su reunión. Aquí, verás a muchos Buscadores que sufrieron el mismo destino.

Tu captor te tirará de regreso por la puerta principal y te dará media vuelta. Esta no es la misma puerta por la que entraste, pero un Buscador experimentado no prestará atención a esto.

La puerta se abrirá, y tendrás que caminar. No deberías caminar ni muy rápido ni muy lento, sólo a un ritmo casual. En este pequeño callejón, verás paneles de vidrio, de alguna manera reteniendo innumerables bestias grotescas, de esas que nunca verás otra vez. Ahora será seguro tener la hoja de regreso a tu cuello, pues es lo único que te protege. Si giras la cabeza, tu captor te dejará solo y los paneles de vidrio se desvanecerán, dejándote a merced de las bestias.

Una vez llegues al final del callejón, de largo variable, lo que podría tomarte un minuto como varios años, se te pedirá que abras la puerta frente a ti. Su voz no saldrá de sus labios, nunca llegando a tus oídos. Sus palabras resonarán en tu mente, haciendo eco en tus frágil imaginación. Mientras esto no resquebraje tu voluntad, abre la puerta.

El dulce sonido de una flauta de madera ingresará a tus oídos, causándote que caigas de rodillas. Sera la melodía más armoniosa y bella que hayas oído, y su sonido te levantará en un estado de euforia. Sé rápido, pues la melodía está invocando a los guardianes del Holder, y no querrás saber qué te pasará si pasas mucho tiempo disfrutando de la melodía.

Corre a la escalera que lleva a la plataforma donde está el flautista. Habrán seis tramos a lo largo, pero sólo uno de ellos lleva a la parte superior. Si eliges mal, el tramo en el que estás crecerá a proporciones imposibles en cosa de segundos, y luego se volcará. Caerás por casi una eternidad, y cuando llegues a tierra será lo más hórrido; experimentarás un dolor desgarrador por el resto de los tiempos.

El flautista tendrá el aspecto de una niña de no más de diez años. Inclínate ante ella y dile lo maravillosa que su melodía es. Ella se reirá, y golpeará tu cabeza.

Por el resto de tu vida, siempre oirás la última nota de esa canción. La Última Nota es el Objeto 349 de 538. Mientras más emocionado estés, más fuerte oirás la nota. Si alguna vez sientes una emoción que rivalice con la de la Última Canción, el grito desgarrador de la nota pondrá fin a tu vida.

Toca la Última Nota en Su Reunión, y el mundo no volverá a cantar nunca más.

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