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Oculto entre los mares de arena en el Desierto del Sahara, se encuentra un monolito antiguo, tallado por una oscura y desaparecida cultura, la cual se cree primigenia de las civilizaciones sumeria y fenicia, que sirve de hogar a innumerables leyendas prohibidas acerca de un hombre, al cual se le llama de muchas formas en variadas lenguas, algunas de ellas perdidas entre las aguas y otras imposibles de pronunciar, pero las más notoria es “El Coleccionista”.

Nadie sabe dónde se encuentra este emplazamiento, perdido entre los kilómetros de páramo desolado e inhóspito, y ni siquiera los medios de geolocalización han permitido un acercamiento más seguro a este enigmático lugar, pues sólo puede llegar allí quien lleve consigo el Objeto 206: el Cristal de la Aurora Boreal; las centellantes luces del cielo ártico harán de guía en esta expedición. Sugiero que vayas de noche y lleves abrigo, de otro modo, el viaje y las condiciones extremas te matarán.

Cuando llegues al monolito, se alzará de entre los grabados una sutil nube verde que poco a poco tomará la forma de un hombre, el cual lleva a su alrededor una especie de ánima que gira alrededor suyo. Te indicará que él es efectivamente, un coleccionista, y requiere tu ayuda para completar su magnánima colección. Rehúsate, y experimentarás un destino peor que todos los niveles de todos los infiernos puestos juntos. Tendrás que aceptar su trato, y él te regresará al lugar donde está tu hogar.

Despertarás en tu cama, y nada parecerá haber cambiado, salvo que ahora llevas contigo un cristal del mismo color verde que el resplandor del hombre. Lo que él quiere es simple: debes llevarle cien almas, pero no servirá cualquiera. Él ha seleccionado previamente a las cien personas a las que debes extraerle su alma, y el cristal verde que cuelga en una cadena en tu cuello te indicará dónde se encuentran.

Cada vez que te encuentres a una persona elegida, deberás matarla de la siguiente forma: perfora su cabeza, disecciona su torso y acerca el cristal hacia el interior de su abdomen. Una sustancia etérea, invisible para los ojos de los demás, se alzará del cuerpo y te rodeará, de la misma forma que al hombre. El cuerpo desaparecerá, siendo borrado del plano de existencia y de los recuerdos de todos, de manera que nadie nunca sabrá que has matado a alguien.

De esta manera, deberás ir buscando a estas personas para tomar sus almas, las cuales irán protegiéndote cada vez más de cualquier tipo de daño que puedas recibir. Sin embargo, con cada una que tomes, la gente a tu alrededor comenzará a sospechar. Te mirarán con desdén, como si fueras un criminal, las fuerzas de seguridad te llamarán la atención por ninguna razón en especial, hasta el punto en que comenzarán a intentar apresarte apenas te miren. Usarán sus armas contra ti, luego la gente te linchará, y el odio colectivo volcado sobre tu persona se volverá cada vez más enajenado y sádico con cada alma reunida.

Pronto la misma Tierra se manifestará en contra tuya, desatando eventos caóticos especialmente para aniquilarte. Ejércitos enteros irán contra ti, su artillería y sus bombardeos furtivos arremeterán con todo, las almas te protegerán de morir, pero no detendrán el dolor. Si no alcanzas a conseguir hasta la última alma, pronto caerán sobre ti cientos de armas nucleares, devastando todo, y llevándote hasta el rincón más desolado del Vacío.

Consigue la última alma, y la cadena del cristal se estrechará, ahogándote. No te resistas, déjate caer inconsciente. Cuando despiertes, estarás en el monolito, y el sol saldrá de un costado. Entrega el cristal al hombre, y éste te agradecerá por tu ayuda, concediéndote cualquier deseo, sin importar cuál sea éste. No desees nada, sólo pregunta:

¿Cómo llegó a ser tu colección?

Él entonces comenzará a relatarte la historia de su pueblo, relegándote uno de los secretos prohibidos de la Tierra. Los sucesos cuentan la historia de su tribu, de sus hórridos rituales, de su tecnología tan avanzada que te parecerá magia, y de cómo los más selectos devotos de sus dioses se encargaban de forjar sus caminos a la iluminación coleccionando almas de infortunados. Todo este conocimiento será demasiado para que tu mente lo asimile, pero deberás ser fuerte, y el hombre te permitirá conservar el collar con el cristal y las almas que lleva dentro. Se despedirá de ti, chasqueará los dedos y todo se volverá negro.

Despertarás en tu hogar, y te darás cuenta que nada ha pasado realmente desde tu viaje, aunque las cien almas que reuniste aún siguen allí. Ellas te protegerán de cualquier daño, pero también desatarán el odio inmisericorde de todas las personas que te rodeen. Nadie podrá ver las almas girando a tu alrededor, pero otros Buscadores sí podrán verlas.

La Colección de Almas es el Objeto 335 de 538. Aún tienes otra colección que completar.

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