La visión era prácticamente nula, podía escucharse un estruendo entre la maleza, cerca, muy cerca, la sensación de aprisionamiento y retención contra su voluntad se hizo cada vez más fuerte, quedó inmóvil, todo se cuerpo se paralizó, Era ella, ahora lo sentía, tocándole la piel, susurrando en su oído.
- Tú has vuelto y ahora empezaremos lo que no pudo ser terminado.
La conocía, él ya había estado allí antes, empezó a recordar, un flash le vino a la mente.
"CORRÍA EN MEDIO DEL BOSQUE, SU NIÑEZ... SI, ERA SU PASADO, EL ÚLTIMO NIÑO QUE CONSIGUIÓ ESCAPAR DE LA MASACRE DE LIANA PERO, ¿CÓMO PODÍA SER POSIBLE?, ELLA YA ESTABA MUERTA, LA HABÍAN QUEMADO, NO ERA REAL, SU ROSTRO SE ACERCÓ AL SUYO"
- No puedes hacerme daño, tú ya No existes - gritó Caín con voz firme.
- Y te voy a mandar al infierno, al lugar de donde nunca debías haber regresado, pensaste que tomando nuestra sangre te devolverían a tu hija, que podías tener de nuevo la juventud eterna para disfrutar con ella los años que no te dejaron vivir a su lado, pero ya no soy aquel niño, ya no puedes hacerme daño.
Su pecho se abrió, miró hacia abajo, Liana introdujo la mano en el corazón de Caín.
- Dame lo que es mío.
- ¡NO!
Se hizo el silencio...
Rodeado por paredes blancas, un blanco intenso, ni un sólo cuadro, ni un sólo color, miró a su alrededor, estaba atado, encima de una camilla... "SOLLOZABA".
- No puede estar pasando otra vez, ¡YO NO LA AYUDE!, ¡YO NO LOS MATE!
Entraron tres hombre vestidos con bata blanca, qué era todo aquello?, cada mañana, cada tarde, cada noche la misma pesadilla, la misma historia y esa sensación de ansiedad y desesperación, uno de los hombres comentó a otro:
- Doscientos miligramos más de tranquilizante por favor, ha vuelto a tener otra pesadilla, éste ataque ha sido mucho más fuerte que los anteriores, si esto sigue así habrá que avisar a la familia y cambiar el tratamiento, trasladarlo inmediatamente de aula, llevadlo con los esquizofrénicos.
Caín ya no sentía pero aún era capaz de escuchar, miró a su alrededor, por qué estaba allí, ¿era él quién ayudo a Liana a matar a todos esos niños?, realmente había vivido allí, era su mente, sería sólo una pesadilla?, ¿aquello era un psiquiátrico? ¿una residencia?, ¿un hospital?, ¿por qué no podía sacarse esa historia de la cabeza noche trás noche?, por qué no entendía nada, se quedó dormido, sus fuerzas le abandonaban lentamente, el destierro que él mismo se había infringido de aquellas tierras queriendo así ocultar la escabrosa verdad de lo sucedido era lo que atormentaba su mente ya incurable y enferma, quién lo había metido allí?, tantas preguntas sin respuesta, todas las noches la misma pesadilla, con el mismo principio, el mismo final, volvió a abrir los ojos, seguía inmóvil, miró al techo, otra habitación, también blanca... pero el mismo lugar.