Acabo de concluir lo que considero el videojuego más terrorífico de la historia. Por favor, no me juzguen, no me traten de nenita asustadiza. Soy un amante de los más variados juegos de horror y he visto tantas películas del mismo género, que he perdido la cuenta.
Puedo confesar que he recibido buenos sustos por parte de "Penumbra" y "Condemned". Todo lo demás fue aburrido. Pero el juego del que quiero hablarles es muy, muy diferente. No hay referencias al trasfondo de alguna historia o estructura argumentativa implícita. Presionas "comenzar" -solo basta dicha acción-, y te precipitas en la mente de un desquiciado. Por lo menos, así parece. Deduje que este lunático había escapado de un manicomio, cuyos pasillos percibía como un negro laberinto de paredes rodeadas por una luz pálida, espantosamente azulada.
Doblas en las intersecciones de los corredores, y pronto te das cuenta que eres objeto de persecución. Ellos están detrás de ti, unos fantasmas monstruosos, cuatro atroces espectros. Si uno de estos te atrapa, de inmediato te engulle y tritura, mientras un horrible ruido a huesos rotos acompaña la escena en primera persona. Hay una facilidad técnica: puedes capturar unas esferas relucientes, entre las cuales una resalta notoriamente, más grande y luminosa. Apoderarte de este tipo de esfera te convierte en un monstruo hambriento de fantasmas, los que devorarás. Solo sus ojos escupirás sin piedad.
No tengo palabras para describir cuán horrible este juego es, y no quiero arruinarles la sorpresa si lo adquieren.
Adelante, vayan y pruébenlo por ustedes mismos. Coloquen la palabra Pac-Man en Google. Lo encontrarán en su primera búsqueda.