Wiki Creepypasta
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Odio admitirlo. Odiaría hacerlo frente a cualquier persona, puesto que todos me tacharían de loco, pero es como una espina clavada en mi interior que difícilmente pueda sacar. Esa calamidad que otros ven como un simple fenómeno atmosférico y hasta hay quien le da un toque romántico, para mi era el peor horror del que en muchas ocasiones, trataba de librarme como fuera. Me refiero a las gotas de lluvia.

Mal presagio era ver el cielo oscurecerse; y cuando esa molesta plaga líquida iniciaba su tortuoso descenso hacia la superficie, era suficiente para quedarme paralizado del terror, aún más que si me encontrara solitario en medio de un cementerio a altas horas de la noche. Aún dentro de mi casa, tenía que hacer lo posible por distraerme como fuera, como una forma de protección ante el repugnante sonido que provoca el golpeteo constante de las gotas de lluvia… De no hacerlo, temía acabar perdiendo la cordura si dejaba que ese horroroso sonido me poseyera en su totalidad. Juraría que, en medio del infernal sonido de la lluvia, ¡podía oír escalofriantes voces torturando mis oídos, que no se callarían hasta que la maldita lluvia concluyera su diabólica manifestación.

Justo son las 7:00 p.m y salgo de mi trabajo para dirigirme hacia mi casa, pero al momento que salgo hacia la calle… ¡Ese maldito presagio manifestándose en el cielo, maldito sea! yo solo quiero huir de su tortuosa sombra, antes de que descargue sobre todos su inmunda carga líquida. Rápido aborde un taxi parado frente a mí.

Mientras el taxi marcha en dirección a mi domicilio, yo solo observo atento hacia el exterior, rezando por ganarle a la maldita lluvia. El taxista nota los nervios que me tienen dominado y no duda en interrogarme si algo me ocurre… Yo, de modo atento, le digo que no es nada, ¿Después de todo, quien le daría crédito a un loco que teme a algo tan “natural” como las gotas de lluvia precipitándose?

Una vez que llego frente a mi casa, le pago al taxista y le agradezco por traerme rápido. Cuando el taxi inicia su marcha, me quedo estático frente a mi domicilio pero me tranquilizo sabiendo que tan solo faltaban unos metros para llegar a la entrada y acceder, evitando que incluso, la primera gota de lluvia se atreviera a tocarme.

Pero cuando avanzo, seguro de mi triunfo… De pronto, las primeras gotas de lluvia comienzan a precipitarse ¡Dios mio, no! me quede estático como si frente a mi se hubiera aparecido un perro salvaje. Pero sabia que si lo hacia, dejaría que la lluvia me ganara y precipitaría sobre mi persona su infernal tormento. Así que apresure mas el paso; pero jamás me voy a explicar el porque de que, por cada paso que daba, la lluvia comenzaba a incrementar más. Y justo a unos pasos de pararme frente a mi puerta aquellas leves gotas de lluvia, se transformaron en un horroroso aguacero.

Como si se tratara de una pesadilla, el pánico me dominó casi en su totalidad mientras mi persona se empapaba con esa espantosa humedad. Miraba aterrado para todas partes, como buscando ayuda. Pero sabia que la única opción era lanzarme rápido hacia la puerta, meter la llave y abrirla hasta pasar a través de ella y cerrar, dejando a esa “bestia” bramar furiosa afuera, por haber perdido a su “presa”. Esa era mi única esperanza.

Logro llegar a la puerta y meto rápido la llave; pero cual va siendo mi horrorosa sorpresa al ver que mi puerta no se abre. Era algo que no podía creer ni explicarme, así que desesperado, luchaba con la llave por abrir la puerta… ¡Pero maldita sea, la desgraciada no se abre, no quiere abrir! Me siento desesperado ante tan inesperado suceso, mientras las gotas de lluvia caen encima de mí, ¡lo único que hago es forcejear con el cerrojo, el cual pareciera no querer dejarme entrar a mi, el legitimo dueño de la casa y finalmente, termino por dar de golpes contra la misma, como si repentinamente hubiera perdido la razón!

Estoy desesperado, enloquecido por estar empapado de lluvia y sin poder acceder a mi propia casa. Como si finalmente me hubiera dado por vencido, caigo sentado frente a mi hermética puerta, al mismo tiempo que me cubro los oídos para no escuchar las diabólicas “voces” en medio de la lluvia. De pronto es escucha un:

"¡Mami, no, no quiero que me dejes!" un niño grita aterrado y sumido en llanto, frente al inerte cuerpo sin vida de una mujer que fue sacada de un caudaloso río, mientras que encima de ambos y de otras personas más presentes en la dolorosa escena, una abundante lluvia se precipita sobre todos. Aquel niño era yo y esa mujer muerta y con el vientre hinchado era mi madre, la cual por culpa de una horrorosa tromba, fue arrastrada al momento que el río que había en nuestra comunidad se desbordó, inundando por todas partes. Horas después la encontraron atorada en una rama y ya sin vida.

Aquel recuerdo, aquel doloroso recuerdo que se manifestaba en el momento que caía sobre mí la maldita lluvia, era el que revelaba el porqué de mi aversión hacia ella. Sintiendo que no había escape, lo único que podía hacer era derramar mis lagrimas, las cuales se mezclaban con las gotas que resbalaban por mi cara. ¡Maldita burla hacia mis sentimientos por parte de la lluvia!

Pero de pronto, A cierta distancia, las gotas de lluvia parecen dar forma a algo, una silueta… Una gigantesca y oscura silueta se aparecía a unos metros de mí, aquella silueta avanza lentamente hacia mi y parecía que las gotas de lluvia se abrían a su paso. Mi tristeza al momento se volvió terror al ver la espectral silueta acercarse a mí; pero cuando está justo en frente, ¡mi horror aumentó más al poder verla cara a cara!, esa imagen femenina, totalmente pálida, con moretones por diversas partes de su cuerpo y el vientre hinchado, era mi madre

No había nada que yo pudiera hacer, mientras que el espanto que asemejaba a mi madre mostraba en su pálido rostro una macabra sonrisa y vomitaba imparable agua mezclada con sangre; y aprovechando que yo me encontraba paralizado por el terror, el horroroso espectro lanzó un infernal alarido mientras se abalanza al momento sobre mí, mientras me ahogo en medio de un espantoso grito.

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