Hanako revenge

Ciudad de japon.

-¡Hanako!- grito la chica con cara de pocos amigos.

-¿Eh?- El rostro de una chica se levanto lentamente.

-Nada, nada- dijo la chica dándose la espalda y volviendo a su asiento. Saco su celular, dejando de un lado la realidad.

El celular de Hanako vibro, lo saco y leyó el texto.

¿No viste al chico en la estación hoy? Era tan sexy.

Un suspiro de aburrimiento se escapo de la chica mientras leía el mensaje..

Jaja si aunque parecía un poco mayor no?

Contesto.

No me importa, me lo tiraba igual; ahí en la estación

Sigues siendo una niña inocente eh?

Recibió de su amiga.

Claro que no

Contesto otra vez.

Si tu lo dices bien.

Oye, acompáñame después de clase al centro comercial.

La chica de pelo castaño dudo un momento al mirar el mensaje.

H:No lo se Yuko

Y: No fue pregunta Hana

H:Bien...

La campana sono y los estudiantes salieron disparados hacia afuera, menos Yuko. Ella era solitaria y callada con la gente, menos con Hanako; con la que podía ser ella misma y viceversa.

Yuko se paro primero y fue hacia Hanako.

-Vamos.

Yuko seguía enfocada en su celular, y sin contestar, la chica de pelo castaño se paro de su asiento.

Cuando salieron se sentaron en un banco alejado de los demás. Ya era una rutina sentarse en un lugar apartado de sus compañeros, y desde ese lugar según Yuko se podía ver todo el instituto a la hora del recreo. Hanako no encontraba eso como algo divertido, mas bien, extraño. Pero Yuko siempre fue así por lo que no se sorprendía de eso.

Hanako saco su almuerzo, un bollo dulce y un jugo de naranja. La otra chica sin permiso tomo el jugo mientras ponía la pajita.

-¡Hey!- dijo Hanako.

-No seas mala, solo un sorbo.

-Eso dices siempre- susurro mientras le daba una mordida a su bollo, trato de comerlo rápido. Puede que después le pida de el, y la verdad Hanako no había almorzado esa mañana, solo era demasiado tímida para admitirlo.

-solo soy cobarde- pensó para si misma.

-¿Viste a Kenta?- menciono a Yuko- ¿de la clase 3C?

-Hum, lo vi un par de veces en la estación

-¿Si? Bueno da igual, la otra vez no paraba de mirarme...que molesto. Hasta cuando subí al tren después de que te fueras, intento besarme. Que idiota.

Kenta era un chico normal, algo egocéntrico y mal hablado. Era lindo, pero de no ser por su mala personalidad seria un buen chico.

-¿No te gusta?- mensiono Hanako en forma de burla

Yuko empezó a reírse.

-No en esta vida, ¿acaso lo viste? Es horrible.

-Que mala.

-Eso esta claro cariño.

-Hola ¿que hacen?- Hanako se tenso al escuchar la voz de Taiyo el chico del cual esta enamorada desde principio de año, desde que lo vio escuchando musica tranquilo en receso. Parecía tan perdido en su mundo...tan profundo y cálido para Hanako.

-¡Hola!- saludo Yuko sonriendo- nada vendiendo drogas, lo normal ¿sabes?

Taiyo largo una risa- seguro, normal de todos los días

Hanako se quedo callada mientras Yuko hablaba con Taiyo, y cada tanto decía algún comentario.

Cuando Taiyo se fue Hanako lo miro mientras se alejaba.

-¿Te gusta o no?- La chica dudo y arrugo el envoltorio del bollo.

-Yo...eh-

-Tranquila, es tuyo además no es mi tipo- se empezó a reír.

Por dentro la avergonzada chica se enojo con Yuko, le parecía siempre despreciar todo lo que ella quería.

Cuando las clases terminaron Hanako y Yuko Caminaron hacia la estación de trenes, ahí estuvieron un rato, hablando sobre bandas y algún comentario de Yuko sobre los chicos que le gustaban.

Hanako vio a Kenta acercarse hacia Yuko por atrás, este le hizo una señal de silencio.

-Wwaaa!!- grito Kenta.

Yuko grito una maldición y le pego en el hombro molesta pero luego se río.

-Imbécil.

-Gracias.

Yuko empezó a hablar con Kenta, reian y se molestaban, Hanako estaba confundida aun mas.

-¿No te tomas el mismo tren que yo?

-Ha si- sonrío Yuko.

-¿No quieres venir? Vamos, no muerdo.

Yuko lo miro dudosa y sonrío.

-No se, tengo que pensarlo.

Hanako estaba por decirle que tenían que ir al centro comercial pero cuando abrió su boca Yuko interrumpió.

-Bien.

El tren se acercaba y Yuko se olvido por completo de Hanako.

-¡Yuko!- grito Hanako cuando esta ya se había subido al tren

Hanako se subió a su tren como siempre para ir a casa, atrás de ella venia un chico corriendo.

-¿Taiyo?- el chico llego justo antes de que el tren arrancara.

-Hola- dijo algo agitado

-Casi pierdes el tren eh?

Taiyo miro gracioso a Hanako.

-Eso creo.

Luego quedo un silencio incomodo entre los dos, y a medida el tren se llenaba, sus hombros quedaron pegados, imposible de separarse.

-Hem...*cof* ¿c-como te va en clase?

-P-pues bien...me gusta mucho historia- sonrió Hanako algo nerviosa, y al voltear hacia Taiyo, se encontró directamente de frente con el.Sus ojos, sus ojos eran de un hermoso verde, y su pelo era de un castaño claro.

-Ha a mi igual- el chico sonrío incomodo y giro su cabeza hacia la ventana. Hanako guardo silencio todo el viaje y cuando llego a su parada susurro un “adiós”. El no hizo mínimo caso y saco su celular.

-¿Que hice mal? Porque...¡¡tengo que ser malditamente cobarde!!- grito Hanako, mientras abrazaba su rodillas en su cama. Luego de maldecir por un rato a si misma, se dijo así misma que no tenía caso llorar, seguiría luchando por el amor de Taiyo. Mañana, mañana le diría sus sentimientos por el. Y con ese pensamiento en su mente, una sonrisa se dibujo en su rostro, cayendo en un sueño profundo.

Hanako POV S

Todo era oscuridad, no veía nada, solo...voces...esas ¡¡¡voces!!! no, no, no...

-Estúpida.

-¡¡No sirves!!

-Aléjate de mi.

-Fea.

-¡¿Que hcae?! ¡Para ser idiota y concéntrate por una vez Hanako!

-¡¡Así no es!!

-No le gustas. Miles de risas, graves, agudas y distorsionadas se escucharon y hacían eco en ese horrible lugar.

De repente comencé a correr, pero sentía como varias manos me tomaban de piernas brazos y cara.

-¡¡Nnooo!! SUÉLTENME.

A la mañana siguiente...

Me levante mas temprano de lo normal, hoy tenia que prepararme, hoy es un día especial. Me declararía a Taiyo, de eso estoy segura, tengo fe en mi.

Tome una ducha larga para tener tiempo en que pensar, ¿como seria? ¿que dirá? No, tal vez no sea buena idea que le diga...pero ya no puedo...tengo que decírselo si o si. Esta vez, no huiré, no mas cobarde.

Me puse mi uniforme, mis tenis, y mi pelo que siempre ate un trenzas ordenadas, lo deje suelto.

Tome mis lentes y me los coloque mientras me veía al espejo, de reojo vi el brillo labial que me había regalado mi madre, nunca lo había usado. No soy de ponerme esas cosas pero hoy lo amerita. Cuando abrí el cajón; para guardar el labial, vi un sobre...era la carta que le iba a dar a Taiyo hace un mes atrás. Pase toda la noche escribiéndola, pero no tuve valor para dársela.

-¡Hanako-chan a desayunar!- grito mi madre desde la cocina.

Tome la carta y la guarde en mi mochila y corrí la puerta de mi cuarto para salir.

Cuando llegue a la cocina mi madre estaba sirviendo salmón en un plato, me senté en una silla y tome mi tazón de arroz y sopa de miso.

-Buen provecho- dije mientras tomaba los palillos y empezaba a comer.

-¿Terminaste tu tarea?- pregunto mi madre mientras dejaba el salmón arriba de la mesa.

Traque la comida y asentí.

-¿Iras a la casa de tu padre?

Mis padres se separaron cuando yo era una niña y no tenia mucha relación con mi padre.

-No lo se.

-¿Como no sabes? Dime, tengo que organizar mi trabajo, no tengo tiempo para esto Hanako.

-Ya se...solo, voy a lo de papá y ya.

-Bien- dijo seca mientras tomaba sus palillos y empezaba a comer. Durante la comida no se dijo nada, mi madre solo se quedo seria y cada tanto miraba su celular. Al terminar, agarre mi mochila y tome mis tenis.

Al llegar al instituto me encontré con Yuko sentada son su celular.

-¡Yuko!- la llame con una sonrisa. Hoy estaba bastante decidida sobre lo que iba a hacer, como todo se lo tenia que contar a Yuko, aunque ayer no tuvo la mejor de las actitudes, hoy quería estar bien con ella, era importante para mi.

-¿Hanako?- se reía- que buen humor traes- guardo su celular y me miro sonriendo.

-Si, hoy...hoy...

Yuko se cruzo de brazos y me miro picara.

-Dilo.

-Se lo diré. Le diré a Taiyo- junte mis manos avergonzada.

-¡Por fin! Ya era hora amiga- sonrío de oreja a oreja- avísame si ese idiota se pasa- Nunca la vi así de contenta, eso me alegraba aun mas y me daba fuerzas. La abrace y ella me devolvió el abrazo.

-Gracias, gracias- dije feliz.

Me separe de ella.

-¿Que paso con Kenta?- pregunte al recordar que se fue con el.

-Ah...-se río- Nada, solo somos amigos, me acompaño a casa eso es todo- antes de poder decir algo la campana sonó.

Entre con Yuko hacia el salón y note a Taiyo a lo lejos. Los nervios me invadieron, ignore eso y entre al salón.

El profesor de biología nos dio unas ranas para disecar, el trabajo era un grupo así que fui con Yuko.

-Que asco esta muerta- dijo mientras tocaba a la rana con el bisturí.

-Ya- tome el bisturí y le hice un corte como dijo el profesor.

Yuko puse un cara rara. Se paro de su asiento y fue hacia el profesor para hablarle nerviosa.

-¿Yuko?- la llame mientras salía de la clase pero se fue sin decir nada- que raro...

Normalmente a Yuko le gustaba este tipo de cosas. Nunca la vi así.

Cuando toco el timbre abrí mi mochila y tome la carta. La mire, y trate de memorizar lo que le diría a Tayio -dame un repuesta mañana, significara mucho- luego le daré un beso en la mejilla.

-Buen trabajo Hanako- dijo el profesor mientras se llevaba la bandeja de metal donde estaba mi rana.

-Gracias- sonreí.

Salí del salón y empecé a buscar con la mirada a Taiyo, camine por los pasillos a paso rápido, luego busque en el patio pero no estaba.

-Tal vez sea una señal- mire la carta con tristeza- No, no...todo estará bien, se lo puedo dar después.

Fui hacia el baño y abrí la puerta, no había nadie a esa hora.Entre a un cubículo y cerré la puerta mientras respiraba hondo.

-Relájate- pensé.

De pronto escuche la puerta del baño abrirse despacio, se escuchaban varias pisadas, eran dos personas. Una susurro algo inaudible.

-Ven, nadie se enterara- esa voz...no, es mi imaginación.

La puerta del cubículo de al lado se abrió y cerro rápidamente. Se escucho un golpe contra la pared del cubículo y seguido de eso un gemido.

-Sácate la camisa- No...¿Yuko?

Me pare en el retrete y me asome al otro cubículo.

Taiyo...no...¡¡NO!!

Mis ojos quedaron como platos al ver la escena. Yuko estaba sentada en la cintura de Taiyo, mientras se sacaba el brasier.

Baje del retrete y las lágrimas empezaron a salir sin parar mientras cubría mi rostro.

Abrí la puerta despacio y salí del baño directo al pasillo.

Seque mis lágrimas y empecé a correr.

Entre a la cabina del conserje y cerré la puerta, luego mis piernas comenzaron a flaquear y caí de rodillas.

-¿Porque..?-cubrí mis rostro con mis manos- malditos...-empecé a descubrir mi rostro ahora lleno de lagrimeas. Note que había una tijera de metal en el suelo, la tome, y la puse en mi cuello. Ya no quería vivir si Taiyo no es mio, ni tampoco donde mi amiga me traiciona.

-No Hanako...no tienes porque querida- una voz distorsionada me hablo. La voz, que ignore por mucho tiempo, esta vez, tenia razón.

-Si- mire la tijera entre mis manos- No tengo porque ¿verdad?- sonreí.

Yuko entro a clase unos minutos después que los demás, se sentó en su banco y para su suerte el profesor aun no había llegado. Cuando bajo su mirada vio un pedazo de papel doblado; algo arrugado, lo tomo y lo abrió.

Se tu secreto.

Los ojos de Yuko se abrieron como platos y miro hacia todas direcciones, rodó sus ojos con molestia y suspiro -idiotas- arrugo el papel y lo tiro a la basura.

Saco el celular de su mochila, y este, tenia una nota escrita en el.

Cuidado

Arrugo el papel y lo tiro, esta vez, mas tensa y mas alarmada.

Cuando el profesor llego Yuko levanto su mano.

-¿Pasa algo?- pregunto el profesor.

-¿Puedo retirarme?...no me siento bien- Yuko se removía en su asiento incomoda.

-Bien, ve a la dirección.

Tomo su mochila y se puso de pie.

Cuando llego a su casa Yuko tiro su mochila y se saco su uniforme, quedando con su pijama rosado.

Sus padres no habían llegado todavía, ellos trabajaban todo el día en la oficina.

-Tock tock- golpearon la puerta.

Yuko dejo su celular en la cama, y camino hacia la puerta. Tomo las llaves y la abrió, pero no había nadie. Solo una hoja, y escrito en ella Estoy cerca.

Tomo la hoja y la rompió en pedazos pequeños.

-¡Ya basta! VOY A LLAMAR A LA POLICÍA- azoto la puerta y volvió a su cuarto.

En su ventana estaba escrito con marcador.

El baño El baño El baño El baño

El baño El baño El baño El baño

-Tock tock- tocaron de nuevo.

Yuko se quedo en su cuarto y cerro las cortinas de su ventana.

Tock tock- tocaron otra vez- ¡¿Yuko estas?!- llamaron desde la puerta.

-¿Hanako?- corrió hacia la puerta y la abrió

-Hola- sonrío Hanako mientras le mostraba una hoja con ecuaciones-te traje la tarea.

-Pasa, tengo que contarte algo- dijo Yuko nerviosa.

Hanako entro y dejo la hoja en la mesa, y se tenso en el sofá.

-¿Que paso?

-Es que...- Yuko miro a todos lados, y cerro la ventana de la sala-hay alguien que me esta persiguiendo.

-¿Como?- Hanako se río.

-¡Iidota! Me dejo notas y todo en clase, ¿sera un pervertido?

-Tal vez o puede que tengas fiebre.

-Te lo juro, no estoy loca- se sentó en el sofá mientras agarraba su pelo.

-Voy a preparar té- Hanako se levanto fue hacia la cocina.

Yuko recordó lo que paso con Taiyon cuando vio a Hanako alejarse, comenzó a ponerse incomoda, ella sabia perfectamente que a Hanako estaba enamorada de el desde principio de año.

Su celular recibió una llamada.

Kenta.

-Hola.

-Ah hola Kenta.

-¿Que pasa?

-Nada, nada

-Ok...Ey! ¿quieres ir a ver una película?

-Ehm- carraspeo- Estoy ocupada, tengo tarea y...

-¿Haces la tarea?- pregunto gracioso- siempre andas quejándote de la tarea.

-Pero eso no quiere decir que no lo haga, no molestes ya.

-Bien tranquila.

-Es que ya, piérdete, no te quiero.

-¿No me quieres?- comenzó a reírse- parecía que me queras bastante cuando te bese y agarre del culo.

-¡Callate imbécil!

Yuko corto la llamada.

Hanako volvió la sala con dos tazas de té caliente.

-¿No te cansas de gritar? -bromeo.

-¿Escuchaste eso?

-Y como no.

-Era Kenta- tomo la taza de té.

-¿Asi que estas con el?- pregunto Hanako.

-Nah, nunca.

-¿Entonces porque te fuiste con el?

-¿Que tiene? Es mi amigo- tomo un sorbo de té

-Pero...los amigos no se besan Yuko- dijo Hanako sonriendo.

-¿Como...?

-Kenta me dijo hoy, es un buen chico. Le gustan los videojuegos, y su perro se llama Kuki.

-Ham..no le digas a nadie en serio.

-¿Hu?- lanzo un risita- soy tu amiga, nunca haría nada que te lastimara, nunca.

Yuko trago saliva.

-Gra-gracias.

Yuko tomo el quinto sorbo de té cuando empezó a toser.

-Aunque...Yuko....tu nunca fuiste mi amiga ¿verdad?- su sonrisa se fue borrando. Y golpeo a Yuko en la cara tirándola al suelo.

-¡Aah-ahh!- grito mientras tocía- ¡¿que mierda ha- tocio devuelta.

Hanako pateo su estomago y Yuko se retorció de dolor.

-Decías que eras mi amiga- dijo mientras la golpeaba en la cara- eres basura- la agarro del pelo levantando su cabeza. Su nariz sangraba, tenia un moretón en el ojo y su boca echaba espuma.

-¿Te acuerdas todas la veces que te ayude? ¡¡Cuando te sentías sola!!- le dio una bofetada con fuerza soltando su cabeza, quedando boca arriba- ¡¡yo estaba ahí!!- la golpeo otra vez en la cara-¿Porque...porque tuviste que hacerme esto?

-Han-Hana-ko- Yuko estaba mal herida con su boca cubierta de espuma.

-Sabías que me gustaba Taiyo...y tu- agarro con fuerza el mentón de Yuko mientras sonreía- te le tiraste encima, como la maldita zorra que eres.

Yuko estaba llorando y después comenzó convulsionar.

-Pero no pasa nada amiga- sonrío Hanako mientras se ponía de pie-¿que importa?- sus dedos de comenzaron a alargarse y ponerse negros como garras. Su sonrisa se hizo mas grande y su lengua larga como de serpiente, y uno de sus ojos torno un color carmesí.

Acerco sus garras al pecho de Yuko.

-Si somos amigas- clavo una de sus garras largando una cantidad de sangre.

Arrastro el cuerpo de Yuko hasta su cuarto.

-Maldita gorda...si que pesas- susurro mientras subía el cuerpo de Yuko a su cama.

Abrió la herida de Yuko de su pecho y metió su mano, saco el corazón de Yuko, y la miro.

-¿No lo necesitaras verdad?- la cubrió con una manta mientras tarareaba una canción de cuna.

Salio del cuarto y tomo una bolsa de plástico, donde puse el corazón de su “amiga” se coloco su mochila y tomo un sorbo de té para luego dejar la taza arriba de la mesita de centro.

Salio de la casa y alzo la bolsa de plástico para mirarla con detenimiento.

-Nunca lo necesitaste después de todo.

En esa oscura calle una colegiala normal se perdía entre las sombras