Hace ya algunos años, mi abuelo murió de cáncer. Como herencia, dejó a mi padre una jugosa suma de dinero. También dejó, junto al dinero, una armadura medieval. La armadura era la típica armadura con un hacha en la mano. Creo que había pertenecido a nuestra familia desde hace varias generaciones.
Hace un par de semanas, empecé a oír ruidos; y al parecer no era el único. Mis padres y varios vecinos también lo escuchaban. Todo el mundo pensaban que eran un grupo de ladrones, por lo que montaron una patrulla vecinal, pero no encontraron a nadie.
Mi padre participó activamente durante semanas, y llegaba muy tarde a casa.
Un día, me desperté y me dirigí a la cocina, a preparar mi desayuno. Lo que me encontré allí, marcó mi vida para siempre.
Encontré el cuerpo de mi padre descuartizado en el salón. Su sangre estaba seca, y los trozos de lo que antes fue mi padre estaban apilados encima de la alfombra. Sus ojos muertos me observaban fijamente.
El arma homicida era el hacha que sostiene la armadura. Tenía sangre seca en el filo, pero no tenía ni huellas, ni rastros del asesino.
Ahora vivo en casa de mi abuela. Mi madre no podía soportar vivir más en nuestra casa.
Hoy, es de noche. He vuelto a escuchar los mismos ruidos que escuchaba donde antes vivía…