Wiki Creepypasta
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Internet. Sí, esta es la solución a mi problema, Internet. Este lugar es el único sitio donde puedo contar la historia. Mi desgraciada historia y la de... Eso, esa, que ha absorbido todas mis ganas de vivir. Tendré que empezar desde el principio.

A note by Murata

Mi madre es española, pero mi padre, Dios le tenga en gloria (si es que de verdad hay alguien arriba. Al ver lo que he visto he perdido toda mi Fe), era sueco, proveniente de un pequeño pueblo de la Laponia, de cuyo nombre me resulta muy complejo para tener que acordarme precisamente ahora. A pesar de esta sangre nórdica por parte paterna latente en mi, siempre he vivido en el país de mi madre, con su cultura, cerca del sol y de la playa. Pero al morir mi padre, en su casa de Suecia, solo (estaban divorciados, a mi desgracia) y sin familiares cercanos, tuve que ir personalmente yo al frío país a recoger los bienes materiales que él me dejaba en herencia.

Aunque gracias a mi padre hablaba y leía a la perfección el sueco, estaba realmente nervioso por ir hasta allí. Sólo había visitado Suecia una vez, de pequeño, y no me acordaba prácticamente de nada, tan solo de la gran casa donde había nacido y vivido mi padre. Mi padre era de la nobleza. Una nobleza sin ningún poder, pero con propiedades y una considerable suma de dinero aún vigentes. Propiedades que ahora me pertenecían por derecho. Después de varios largos viajes, llegué a ese pueblo. No tuve que preguntar dónde se encontraba la casa, se veía de inmediato, era enorme, y un poco apartada de el pueblo. Llegué andando hasta la casa, y cuando estuve enfrente de la gran puerta, cogí la llave que me entregaron por correo, y entré. 

El casalote denotaba frío, todo lo componían colores fríos, elegantes, cierto, pero fríos. Pero lo que me llamó la atención no fue el azulado mármol, ni la enormidad del vestíbulo, si no que al final de las tres escaleras que subían a la planta superior, dos de ellas, la central y la que quedaba a mi izquierda, estaban totalmente tapiadas con maderas y clavos, como si se quisiera retener algo.

Con la luz ahora ya encendida, subí por la escalera de a mi derecha, la única que parecía de fácil acceso, y que daba paso a un largo y lúgubre pasillo de la primera planta. La ventanas, que daban al exterior, dejaban pasar la suave luz del norte, haciendo penumbra en el lugar. A mitad de camino me detuve para mirar al exterior: el paraje, con sus pequeñas casas donde mayoritariamente vivían personas de la tercera edad, habitantes del frío valle... Me fijé en el reflejo del cristal, en una esquina inferior de la ventana.

-¿Qué era eso? 

Un matiz plateado se movía suavemente... Escuché un rápido correteo detrás de mí, y me giré rápidamente. Al hacerlo, mientras miraba al muro, donde solo se hallaba mi sombra, oí un resquebrajamiento de donde acababa de quitar la vista. Con prisa, empecé a caminar hacia el final del pasillo, hacia donde se hallaba la habitación de mi difunto padre. 

Era una habitación muy sencilla, había una cama con dosel, un escritorio y una silla. En la mesa tan solo había un maltrecho cuaderno. Me extrañé. Mi padre no era muy de escribir. Además, tenía pinta de ser muy antiguo... Lo abrí y me sorprendí por la letra infantil. Empecé a leer en un sueco que por suerte entendía:

>>19 de diciembre

¡El profesor me ha dado un regalo adelantado de Navidad! Es este diario. Me ha dicho que así puedo practicar la escritura, pero ya escribo bien. No se que escribir, solo que Josh llora mucho. En un mes cumple seis meses, y yo en tres meses tendré nueve. Quiero que papá me compre ese perrito tan mono que vi en Estocolmo.

¿Josh no era el nombre de mi abuelo?

>> 20 de diciembre

¡Odio a papá! Dice que no me va a comprar el perrito... Encima me ha regañado por leer su periódico por encima de su hombro. Dice que una en una dama eso es de mala educación. Camilla también me lo dijo, cuando me acerqué silenciosamente por detrás para leer mientras escribía en su diario. Josh no para de llorar.

Ahora también aparece mi tía abuela, la mayor, Camilla.

>>21 de diciembre

Papá esta muerto... Le empujé por las escaleras... ¡pero fue sin querer! de verdad...

La siguiente entrada estaba cubierta de sangre seca.

>>22 de diciembre

Mamá se ha ido con Josh. Ahora tendría que venir a buscar a Camilla. Tendría porque Camilla estar a mi lado muerta llena de sangre. Empezó ella, yo no quería hacerle nada. Empezamos a discutir en la cocina, en cuanto mamá se fue. Ella decía que yo maté a papá, y yo que solo fue por lo del perrito. Estaba histérica y ella cogió el cuchillo temblando. Parecía que quisiera defenderse de algo. Yo cogí otro por si acaso, y ella me atacó. Me dio arriba del estómago y me dolió mucho. Yo le ataqué y gritó. Ahora estoy escribiendo esto aquí, en la cocina manchada. La odio. A ella y a mamá. Ella también cree que lo hice expresamente. Odio a toda mi familia, Josh siempre llora, a el también. ¡Los voy a matar a todos, a toda mi famili-

Acababa aquí. Entonces, detrás mío oí una cuerda tensarse. Mi padre estaba blanco, cubierto de escarcha, muerto, aunque horas antes lo vi en la morgue. Tenía los ojos vivos, aunque todo él estaba muerto, y miraba hacia el cuaderno... Y después hacia mis ojos.

Salí corriendo y solo me detuve para, en el final del pasillo, verla a Ella con el vestido y la piel nívea grisácea, con unos ojos negros con iris gris.

Salí de la casa a toda pastilla, con el cuaderno aún agarrado (no me di cuenta que todavía lo llevaba). Cogí el primer avión, y aquí estoy, escribiendo esto, totalmente seguro de que ella está aquí, en el sur, buscando su cuaderno, su diario... He escrito esto para advertiros, puede que os crucéis con ella, con la Dama Plateada. Créanme: a ella le encanta leer y mirar por encima del hombro.

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