Esta historia esta basada en hechos reales.
La historia se basa en 1971, una familia que vivía en New York, el típico papa que se la pasa todo el día trabajando y la madre siempre ocupada y algo despreocupada.
Esta peculiar pareja tenía un niño de 8 años llamado Billy. El es muy callado, saca notas regulares en el colegio y no tiene ningún amigo. El es fanático de Disney y su personaje favorito es el pato Donald.
Un día la mamá, haciendo la limpieza descubre a Billy charlando solo en su habitación, y la mamá sin saber que pensar le comentó a su esposo. Este le dijo que no había de que preocuparse y con una gran sonrisa le dijo:
"Todos tuvimos amigos imaginarios alguna vez, no te preocupes mujer"
Ya más tranquila, la mujer decide ir a la habitación de Billy a darle un beso de buenas noches. Y fue grande su sorpresa cuando vio a su hijo Billy mirándose fijamente en un espejo, que tenía en su habitación.
Su cara se veía desencajada, sus ojos parecían desorbitados, además estaba solo y hacía como unas señas con las manos lentamente. La mamá desconcertada y muy asustada le dice:
"Billy, Billy..."
El niño parpadea lentamente y se da vuelta hacia donde está su madre diciéndole:
"Si, mamá"
"Con quien hablas, hijo?" Dijo la madre buscando con miedo a otra persona en la habitación.
"Con mi amigo Donald" Contestó el niño con una enorme sonrisa que parecía fingida en su rostro.
"Donald... ¿Tu amigo imaginario?" Dijo la madre con un ligero escalofríos en su cuerpo.
"Si, pero no es imaginario, mamá" Contestó molesto el niño.
La mamá confundida, tomó a su hijo de sus brazos y lo acostó en su cama. Le da el beso de las buenas noches, espera que quede profundamente dormido para irse a tomar un baño antes de dormir.
Al día siguiente, la señora intenta contarle lo sucedido al padre del niño, pero este no la deja hablar porque tiene que estar temprano en el trabajo y le avisa de que llegara muy tarde a la casa.
Billy y su mamá se sientan a comer. Y la madre comienza a pensar que le estaba sucediendo a su hijo era una cosa de niños, y decide seguirle la corriente.
"Billy, mi amor, ¿en dónde vive tu amigo?"
El niño levanta la mirada lentamente y le dice:
"El vive en los espejos"
La mamá frunce el ceño y sonríe pensando que solo son cosas de niños. En eso el niño le dice:
"¡Él te conoce!"
La señora sonríe y le dice:
"¿Ah si...?"
"Sí, me dijo que anoche te miró cuando te bañabas"
La madre quita la sonrisa de su rostro al acordarse que cuando ella se estaba bañando, Billy estaba bien dormido. Lo que le parecía gracioso es que se estaba empezando a poner muy tétrico.
Pasaron los días y la madre empezó a preocuparse más por Billy y le puso más atención. Notó que tenía varios moretones y rasguños en los brazos y en el cuello.
La madre asustada le preguntó que le había pasado y el niño asustado le susurró en el oído:
"Donald no quiere que hable contigo"
La madre se asusta y busca a un psicólogo, para saber que era lo que le estaba pasando a su hijo. Pasaron varias semanas y el psicólogo le comentó a la madre que era normal en los niños que necesitaban atención.
Se crean amigos imaginarios, para llamar la atención de los padres y también suelen hacerse daños físicos, es por eso que trae moretones y rasguños. La mama cansada de las niñerías de su hijo le dice que si encontraba otra herida o moretón lo iba a castigar.
Al llegar a casa, Billy se acuesta en su cama y se duerme. La mamá hace lo mismo y al cabo de un rato la despiertan unos gritos muy fuertes de Billy.
"Mamá... ¡Donald está aquí!"
La mamá sobresaltada corre al cuarto de su hijo y al no ver nada se molesta y le grita:
"Te dije que dejaras esos juegos, se acabó... ¡No saldrás de aquí hasta que pienses en todo lo que estás haciendo!"
Encerró a Billy en su habitación. Mientras el niño golpeaba mas fuerte la puerta gritando:
"Mama, abre por favor, es verdad, me matara mi amigo Donald!"
La madre firme en su palabra decide encerrarlo y no abrir la puerta, hasta que su padre vuelva a casa, para que pueda ajustar cuentas con Billy. Después de unos 30 minutos los gritos, golpes y alaridos se dejaron de escuchar, y solamente se escucha paz en la casa.
La mamá piensa que se ha quedado dormido. Y al llegar a la hora de la cena, le grita a su hijo para que baje a comer, pero este no sale. Entonces decide ir por él hacia la habitación.
Entra a la habitación y encuentra al niño completamente descuartizado. El cuarto era un río de sangre, las manos del niño no tenían uñas, la lengua estaba tirada en el piso, tampoco tenía ojos ni dientes parecía que lo hubiesen golpeado brutalmente con un martillo.
La mamá estaba muy asustada y alterada de ver a su hijo en ese estado y ella se voltea hacia el espejo, dándose cuenta de que hay una figura en el que se va aclarando cada vez más. Hasta que se forma por completo la cara del pato Donald.
Pero no era el Donald común, su mirada y su piel era blanca, sus ojos eran negros como si estuviesen unidos. Su cara no expresaba ningún gesto hostil, y tenía unas pequeñas pupilas azules que la miraban fijamente.
La mujer murió de un infarto. El padre se volvió completamente loco, pero no solo por el hecho de que su familia haya muerto, sino porque días después. Conocidos de este señor le dieron el testimonio que el señor les había contado:
En el retrovisor de su coche, veía la cara diabólica de un pato que lo miraba fijamente. Esta historia esta basada en hechos reales.