Wiki Creepypasta
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Esta es la historia de un chico llamado Yaks Mathew de 17 años de edad, era un chico muy tímido que se pasaba horas en su casa con el ordenador, y aunque realmente era bueno en muchas cosas, por su timidez  pocos lo conocían realmente. Solo tenía un amigo, su perro Jordán quien lo seguía a todas partes y defendía de las demás personas.

Él era víctima de bullying,  por lo que nunca lo trataron bien ya que había algo diferente en él, algo que nadie lograba explicar, él podía sentir cuando un peligro estaba por suceder y el pensar que todo era peligroso lo hacía muy tímido. Yaks solía pensar que era un don que Dios le había dado, y que tenía que usarlo para el bien, aunque ese don a veces le causaba pensamientos locos que no sería capaz de hacer.

Un día, Yaks se levantó por la mañana para desayunar, le sirvió la comida a su perrito y empezó a comer, una mañana tranquila, después de todo, recién se había mudado para vivir solo.

Luego por la tarde, los dos se fueron al parque a pasar un rato al aire libre, no hubo problema alguno, o al menos eso pensaba al principio. Estuvo unas horas escuchando música, pero empezó a sentir que un peligro iba a pasar aunque prefirió  ignorarlo. Decidió caminar y distraerse con la naturaleza un rato cuando de repente escuchó unos pasos,  Jordán comenzó a gruñir  y a ladrar hacia atrás, y al voltear  Yaks no vio nada, pero cuando miró al frente de nuevo fue  golpeado fuertemente en su cabeza haciendo que cayera desmayado.

Al despertar estaba en una habitación con una puerta atado de pies y manos a una silla con clavos en el espaldar, de repente la  puerta se abrió.

-¿Quién eres? Y que le hiciste a Jordán?!-  Preguntó Yaks gritando y entonces entró alguien a la habitación que le dio varios golpes en la cabeza.

-No necesitas saber quien soy, estás secuestrado y voy a vender tus órganos, ah, y no te preocupes por tu querida mascota, jamás la volverás a ver, y menos con vida- Le dijo el agresor.

Yaks empezó a llorar por la pérdida de Jordán mientras se movía bruscamente tratando de soltarse, pero no funcionó, luego su agresor lo amordazó y le inyectó anestesia durmiéndolo.

Al despertar estaba atado a una silla de ruedas siendo arrastrado por alguien con una lámpara alumbrando su rostro que lo dejaba ciego, luego se dio cuenta de que estaba en una camilla de hospital, aún seguía amordazado y no podía moverse.

Al pasar una hora entraron unas personas vestidas de enfermeros  que lo rodearon y decían cosas que Yaks no entendía, pues seguía adormecido por la anestesia. Tomaron unas herramientas y se le acercaron, Yaks trataba de hablar aún con la mordaza y entonces una de esas personas se le acercó y le dijo.

-Nadie te va a escuchar, pero no te preocupes, vas a ir a un lugar mejor-.

Al terminar esas palabras tomó un bisturí  y comenzó  a cortarlo por su abdomen, Yaks sufría, no podía moverse y solo podía sentir lo que le hacían, era doloroso, el chico gemía de dolor y por cada momento que pasaba Yaks se llenaba más de ira, odio y dolor aunque solo podía esperar a morir. Llegó un punto en el que Yaks se desmayó, pero aún dormido sentía como le sacaban cada uno de sus órganos hasta su corazón…

Los doctores dejaron el cuerpo de Yaks abierto y ensangrentado para luego deshacerse de él.

El chico estaba asumido en una oscuridad profunda, solo estaba él y la oscuridad sin fin. Al cabo de unos minutos comenzó a vislumbrar algo acercándose a lo lejos, una sombra que se dirigía hacia él y a medida de que se acercaba la iba distinguiendo, tenía un aspecto alto, horrible y gris, no sabía que era, pero no tenía miedo; por alguna razón le parecía familiar.

-¿Quién eres?- Le preguntó Yaks a la figura, la cual le contesto

-Soy quien ha convivido contigo toda tu vida, soy la razón de la que te llamasen raro, soy parte ti, yo ya te conocía-

-Simplemente eres una proyección de mi mente- Le dijo Yaks.

-Yo soy tu segundo mejor amigo desde la infancia, recuérdalo, me llamo “Demon”-  Le contestó la figura. Asustado, Yaks le respondió.

-Imposible, tú eras mi amigo imaginario, ¡No puedes ser real!-  Pero Demon le contestó.

-Yo siempre he existido, y he venido para proponerte algo, si me das tu conciencia podrás revivir y volver a tu cuerpo para vengarte de aquellos que te hicieron daño, aceptas?

Yaks aceptó y Demon hizo aparecer una brillante luz en el rostro de Yaks dejándolo ciego, y al recuperar la vista notó que su cuerpo material no era el mismo, estaba abierto, hueco, no tenía órganos y se podía ver su interior, tomó una bata para cubrirse y un bisturí  y se dirigió a la puerta, pero para su sorpresa, Demon también estaba en su mente y tenía total control sobre él.

Yaks caminaba sin preocupación, ya estaba muerto, no podía ser dañado y era prácticamente inmortal, luego apareció un guardia y trató de atacarlo disparándole muchas veces a Yaks, pero no pasaba nada. Yaks se le acercó muy rápidamente y le clavo el bisturí  en el pecho  atravesándolo completamente.

Demon hizo que Yaks le sacara el corazón al guardia y que se lo pusiera en su pecho diciéndole que iba a recuperar sus órganos perdidos con los de las demás personas.

Y así fue como Yaks fue matando gente en su camino, recuperando órganos  y partes necesarias de su cuerpo, torturando  más a sus víctimas hasta que lloraban suplicando piedad y morían desangrados. Siguió con su matanza, hasta que se volvieron uno mismo Yaks y Demon, pensaban como uno solo, ya no eran humano o entidad, solo eran una sola “cosa”. Fueron asesinando personas hasta encontrar la salida, y ya solo les quedaba un objetivo en mente por matar, El Secuestrador y Asesino de Jordán,  justo al salir lo encontraron de frente. Ahora esa “cosa” se llamaba Yaks Demon, tenía una voz  profunda de ultratumba y de escalofrío.

 Yaks Demon le habló al asesino, amenazándolo, mientras que éste  empezó a correr por su vida, Yaks Demon lo seguía tranquilamente detrás de él, no tenía prisa. El asesino volteó hacia atrás aliviado al ver que Yaks Demon ya no estaba, pero al mirar al frente de nuevo chocó con él  cayendo al suelo, el asesino le rogó que no le hiciera nada, pero Yaks Demon solo le dio un fuerte golpe y lo llevo a la sala de cirugía amenazándolo de nuevo, le inyectó anestesia, y le dijo que estaría despierto  para ver lo que le haría.

Yaks Demon cogió su bisturí  y comenzó a hacer cortes leves que poco a poco se hacían más profundos y dolorosos, hacía figuras mientras lo rajaba, como si el cuerpo del asesino fuera una hoja de dibujo.

Comenzó a torturar al asesino de formas horribles y maníacas, lo cortaba con una sierra, lo golpeaba sin parar, le rajaba con el bisturí  y la anestesia iba perdiendo el efecto causando que el dolor fuera cada vez más y más fuerte.

El asesino suplicó llorando que lo dejara en paz, pero Yaks Demon solo salió de la habitación y  al regresar tenía un tubo de metal con el cual apaleó al tipo hasta dejarlo morado e inconsciente. Luego lo levantó, lo colgó de la pared, tomó el bisturí  y le empezó a sacar uno por uno los órganos hasta que quedara vació. Entonces Yaks Demon le cortó el cuello y luego le arrancó  su cabeza para llevársela como recuerdo.

Al salir del lugar se fue a un bosque, encontró una cueva y se dispuso a vivir en ella, llenándola cada vez más de cabezas de criminales, desde políticos corruptos, hasta asesinos en serie, siempre dejando su marca escrita en la victima:

YAKS DEMON IS HERE.

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